El pasado sábado 3 de agosto, miembros del Grupo de Espeleología de Villacarrillo (G.E.V.) realizaron un importante hallazgo arqueológico en una cavidad ubicada en pleno Parque Natural y Reserva de la Biosfera de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas, específicamente en el término municipal de Segura de la Sierra. Debido a la sensibilidad del descubrimiento y con el objetivo de preservar y conservar el enclave, los espeleólogos han decidido no revelar la ubicación exacta del sitio. No obstante, han informado del hallazgo a las Delegaciones Territoriales de las Consejerías de Cultura y de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, al Director-Conservador del espacio natural protegido y a arqueólogos de la Universidad de Jaén.
El descubrimiento de la cavidad fue fortuito, realizado por el hermano de uno de los miembros del G.E.V. Días después, miembros del colectivo se desplazaron a la zona para llevar a cabo una exploración espeleológica completa.
Toni Pérez, presidente del G.E.V., explicó: “Tras una entrada reptando, se abre la cavidad en forma descendente con pasos delicados entre bloques y el colapso del suelo. La primera parte de la cavidad es fácil, pero a partir de algunos pasos estrechos, ya se complica. Es en esa primera parte donde hemos encontrado la cavidad removida e incluso con destrozos de algunas formaciones”.
Durante la exploración, se localizaron numerosos restos de cerámica, restos óseos, vestigios de hogueras e incluso lo que podrían ser pinturas rupestres. Pérez añadió: “Tras la realización de la exploración total de la cavidad, levantamos el croquis topográfico e hicimos algunas fotografías para documentar lo que nos encontramos. Según nuestros compromisos y nuestros objetivos de conservación del patrimonio subterráneo, hemos dado parte a las administraciones competentes”.
Las mediciones de la cavidad arrojaron un desnivel de -40 metros y un desarrollo total de 200 metros. Este descubrimiento se suma a otros realizados en años anteriores por miembros del G.E.V. en la Sierra de Segura, en localidades como Siles, Hornos, Segura de la Sierra y Orcera, donde también se hallaron restos arqueológicos significativos, incluidos vestigios del Neolítico, enterramientos y pinturas rupestres.
Toni Pérez expresó su preocupación por el deterioro observado en la cavidad: “La práctica de la espeleología, ya sea federada o no, deportiva o científica, en un espacio natural protegido, debe hacerse con las autorizaciones y permisos establecidos. Además, si alguien se encuentra con restos arqueológicos, debe dar aviso a las administraciones. Aquí nos hemos encontrado con suelo removido, cerámica superpuesta en montones, rotura de formaciones, etc. Esto hace que no se contextualice y no se conserven los restos arqueológicos en condiciones”.
Para los miembros del G.E.V., es crucial que las administraciones tomen partido en la investigación arqueológica para datar y conservar el patrimonio descubierto en la Sierra de Segura. Su objetivo es poner en valor estos hallazgos, asegurando la protección de las cavidades y evitando expolios, roturas o visitas incontroladas, una labor que llevan realizando desde hace 45 años en el territorio jiennense (Hora Jaén)