Iniciamos nuestro recorrido en Cortijos Nuevos, tomando la carretera A-314, dirección a Beas de Segura.

Pasada la gasolinera, a la izquierda, hay un camino de tierra que nos dirige hacia El Cortijo El Pino, cortijos antiguos rehabilitados y zona residencial para los habitantes de Cortijos Nuevos durante el verano. Continuando por este camino podemos llegar hasta Puerto Cecilia, cortijo situado en el límite con el término de Hornos.  Tras este cruce, nos encontramos, casi a la misma altura, a la izquierda, El Cortijo El Cura. Desde aquí se accede por un camino al nacimiento de agua de La Parrilla, manantial que abastece las huertas de Cortijos Nuevos; y a la derecha, un camino que nos lleva al cortijo de El Contadero. Antes de llegar a este cruce nos encontramos con la cooperativa “La Casilla” y junto a ella el cortijo del mismo nombre. 

Continuamos el camino y a 2 Km. de Cortijos Nuevos, a la izquierda, se sitúa la aldea de El Castillo de Altamira. Las vistas al valle flanqueado por la silueta de El Yelmo, así como de otros torreones y castillos, nos hace imaginar las disputas y la convivencia entre árabes y cristianos. Después de pasar el desvío que va hacia Morciguillinas y el Cortijo de Ramón, el siguiente cruce a la derecha nos lleva hacia El Puerto, aldea situada entre 850 y 900 m. de altitud. Esta es una pequeña aldea con muy pocos vecinos, ya que la mayoría ha fijado su residencia en Cortijos Nuevos. Tiene un lavadero acondicionado y es famoso el orujo que algunos de sus vecinos elaboran en alambiques para aliviar los fríos inviernos serranos.

Continuando por esa carretera nos encontramos la aldea de Arroyo Frío, balcón abierto a un grandioso valle. Está situado entre 850 y 900 m. de altitud. En esta aldea el paso del tiempo nos descubre los hornos que aún se conservan donde algunos vecinos amasan el pan para toda la semana. Celebra sus fiestas el tercer fin de semana de agosto y cuenta con Hogar del Jubilado y Escuela de Adultos.

En Arroyo Frío finaliza la carretera asfaltada y comienza la segunda parte de nuestra ruta, que nos introduce a lugares únicos por sus miradores dirigidos a la inmensidad de lo natural y a la intimidad de los habitantes, que aún conservan lo más preciado del ser humano, la referencia y el apego a su lugar de origen. La pista forestal en la que nos adentramos, atraviesa parte de los montes de propios, quedándose a la izquierda el Cerro Catena (1.184m.), del Concejo de Segura, que nos lleva a la parte alta de la aldea de La Espinareda, una vez atravesado el arroyo del mismo nombre.

En esta pedanía todavía se puede oír el canto de los pájaros y sus disputas por el higo más maduro; a la culebra defendiéndose del hambre intentado atrapar a ese pequeño ratón que anoche robó un poco de trigo de la cámara de su vecino. La tranquilidad sólo es interrumpida por el ruido de su fuente, que nace a un costado de la aldea y a la que podemos acceder por una vereda que parte desde el horno de pan. Está situada a unos 900 m. de altitud y está vigilada por el Castillo de la Espinareda, cuya torre se comunicaba con el castillo de Segura. A este castillo se accede desde la parte alta de la aldea, por el carril que nos guiaba desde Arroyo Frío, tomando otro que sale a la izquierda y se comunica con la pedanía de Valdemarín, perteneciente al municipio de Orcera.

Desde La Espinareda bajamos por carretera ya asfaltada hacia la aldea de Catena Alto, situada a 800 m. de altitud. En ella se aprecia cómo el olivar serrano engulle al monte de pino negral, característico de las reforestaciones producidas en los años 60 del siglo XX. Es un magnifico lugar para el descanso donde se mezclan extrañas sensaciones con el trasiego de los hombres y mujeres en sus antiguos oficios del olivar y los nuevos adelantos técnicos en materia agrícola y forestal. Continuamos nuestro recorrido bajando la estrecha carretera hacia la pedanía de El Pelón, mirador desde el cual se divisa Segura de la Sierra y Orcera. Se encuentra a una altura de 750m.

Iniciamos la última bajada hasta el cruce con la carretera A-317 donde se encuentra la pedanía de La Tiná Nueva y el fin de nuestra ruta. En esta aldea eran famosos, a partir de la década de los 40, los bailes con motivo del Día de la Cruz, el 3 de mayo. Los bailes se repetían todos los domingos de ese mes y en ellos, entre todos los mozos, ponían dinero y con él compraban los ingredientes necesarios para alegrar con una cuerva estos bailes.

A pocos metros de La Tiná Nueva con dirección a Cortijos Nuevos nos encontramos el cruce que enlaza con la Ruta 3.

Comments are closed.

Close Search Window